La notable disminución del número de cristianos hace
más evidente que nunca la centralidad del tema de la
misión de la Iglesia, incluso en Occidente. No es
suficiente detenerse en la constatación de que la
Iglesia es misionera por naturaleza o en la llamada de
la urgencia de una nueva evangelización. Es necesario
preguntarse cómo la Iglesia puede ser misionera hoy
sin abdicar de su propia identidad y cómo hacerlo en el
contexto cultural actual, marcado por la secularización,
los efectos de la globalización y la experiencia cotidiana
del pluralismo religioso. Con ayuda de una rica reflexión
filosófica y antropológica sobre el tema, este volumen
propone la vía del don como posibilidad para repensar
la misión eclesial. El resultado es un camino convincente
en el plano teológico y rico en ideas para la praxis
pastoral de nuestras Iglesias. Es un libro útil para que la
llamada urgente a una Iglesia misionera en salida no se
convierta en un eslogan vacío de contenido y de profundidad
espiritual para la vida de los creyentes y de las
comunidades cristianas.