El mundo globalizado está sufriendo una grave crisis económico-financiera que ha situado al borde de la bancarrota a diversos países occidentales, entre ellos España. Muchos analistas afirman que ésta no es una más de las crisis cíclicas, coyunturales que son habituales en el capitalismo, sino que se trata de una crisis estructural, que ha puesto en duda todo el sistema económico y los fundamentos antropólógicos sobre los que se ha construido.