Pepa es una mujer madura que ha pasado gran parte de su vida cuidando de su madre, que enviudó prematuramente y cayó en una fuerte depresión. Pepa dejó su trabajo y se volcó en su madre, pero ahora que ella ha superado la depresión y está rehaciendo su vida, Pepa se siente que ha perdido su tren. Los de su antiguo trabajo no la readmitieron como habían prometido y ahora no le queda más remedio que trabajar en una residencia de ancianos como cuidadora. Se siente frustrada, cree que ha malgastado su vida y su coraza llena de amargura le impide ser feliz.
Durante unas vacaciones forzosas, Pepa se ve obligada a reflexionar y a tomar consciencia de los errores que la han llevado a estar donde está. Paralelamente, un viejo conocido le hace notar la presencia en un banco de la plaza de Crina, una joven rumana embarazada que no habla ni un ápice de español. Crina llegó a España engañada por una red de trata de blancas, que la ha obligado a prostituirse y ahora, a punto de parir, no trabaja y está más o menos cuidada porque esa red planea vender al bebé. Pepa poco a poco se acerca a ella, descubre su historia y decide volcarse en ayudarla.
Una novela intensa que nos habla de crecimiento, superación y resiliencia. Que nos muestra la verdad de lo que somos y de cómo ayudar a otra persona puede llegar a salvarnos de nosotros mismos. Un canto a la vida y a la fuerza de la solidaridad entre las mujeres.