La obra de P. Coda se presenta como un intento de respuesta a la exigencia de "concentración" de la fe en el lugar cultural de nuestros días. Así la humanidad contemporánea, sobre la que parece que se cierne una "noche oscura epocal y colectiva", se podrá abrir a una acogida nueva y más plena de la vida de Dios-Trinidad entre los hombres. Obra con especial significado para la nueva evangelización.