Un rostro trinitario de Dios es el horizonte de verdad último y resolutivo del evangelio de Jesús, si esto se entiende en su más auténtico y original significado teológico y antropológico. La figura trinitaria del Dios de los cristianos no incide en la persona solo configurando su vivencia interior y religiosa, sino que además dice algo decisivo sobre la calidad de su relación con el otro y con los otros, al hacerse historia de la existencia humana dentro del escenario cósmico del universo y de su destino. La percepción de tal novedad innegable lleva a una redefinición de las expresiones culturales que se inspiran en el evangelio y a la vez a su renovada y más incisiva inserción en el ágora planetario de nuestro tiempo. El trabajo que presento intenta responder, desde la vertiente teológica, a esta gran instancia decisiva que de por sí interpela a todos los saberes. No se trata de un tratado ni de un manual en el sentido clásico del término. El propósito del presente libro es más modesto, pero tal vez también más ambicioso: retomar de nuevo la herencia de la tradición cristiana, rastreando en ella la aportac