Tanto si se hacen unos días de retiro centrados en los evangelios,
como si se tiene la suerte de peregrinar a los santos lugares, es
momento propicio para tratar de una forma más viva con el Señor
y de experimentar su paso más tangible por nuestras vidas.
En esta obra se realiza un itinerario de tipo ignaciano, imaginando
los lugares donde tuvieron lugar los hechos evangélicos. Las
reflexiones que se proponen valen para unos días de Ejercicios
Espirituales y también como libro-guía del peregrino para el que
realiza la visita histórica a Tierra Santa. Este tipo de contemplación
de los evangelios o de peregrinación espiritual por Tierra Santa es
llamada Quinto Evangelio, según feliz expresión de Benedicto
XVI, que es retomada por el autor como inspiración.
En cualquier caso, al leer este libro estamos invitados a
adoptar actitudes interiores por las que bien por el poder de la
imaginación, bien por la contemplación ocular, el peregrino y el
orante queden afectados por el Señor y experimenten frutos de
conversión.