"Dios hizo seres humanos porque le gustan los cuentos", dijo el rabino Nachman. Y a nosotros, que estamos hechos a imagen de Dios, también nos gustan los cuentos. Un buen cuento puede conmovernos hasta lo más profundo, hacernos repensar las viejas verdades, poner grandes preguntas en nuestro horizonte, inspirarnos para tratar de alcanzar aquello a lo que no llegamos. Y es que la distancia más corta entre un ser humano y Dios es a través de un relato.