Arriesgando su vida, Lucas (Jim Caviezel) se dirige a Roma para ayudar, como amigo y médico, a Pablo (James Faulkner), que está cautivo en una oscura y aislada celda mientras espera la sentencia de
su ejecución. Y es que el Imperio está decidido a acabar con los cristianos de la ciudad y erradicar su religión cueste lo que cueste.