El cincuentenario del Concilio Vaticano II, el Año de la fe y el testimonio y servicio del Papa Francisco nos estimulan a un mayor y más profundo compromiso evangelizador. El Evangelio, como propuesta de vida y acontecer amoroso de Dios en Jesús, es la gran oferta que la Iglesia hace al mundo. La evangelización es signo ineludible de la fe que se manifiesta con gozo y humildad a través del testimonio de fraternidad y de solidaridad de las comunidades cristianas.Desde las diversas formas de vida, carismas y compromisos, las comunidades son el sujeto prioritario de la vivencia y de la transmisión de la fe.