Alguien dijo que hay dos grandes días en la vida de una persona: el día en que nace y el día en
que descubre para qué. Y quizá por eso, una vez nacidos y alcanzada la capacidad de hacernos
preguntas, comenzamos a cuestionarnos de dónde venimos, a dónde vamos, y exactamente qué
hacemos aquí mientras tanto. Son interrogantes propios de cualquier ser pensante, no solo de
filósofos y expertos.
Se pueden responder con planteamientos elevados o desde perspectivas más sencillas en función
de lo que uno pretenda, que puede ser simplemente tranquilizar su inquietud mental o intentar
descubrir supuestos arcanos. Estas páginas los abordan desde una óptica sencilla, partiendo de la
vida misma y buscando responder a sus interrogantes con sentido común. Y también con la ayuda
de la propuesta cristiana que, al margen de partidismos e interpretaciones religiosas, conlleva
una explicación y una orientación muy concreta, además de válida, en este sentido. Porque
Jesucristo, más allá de consideraciones teológicas, sigue siendo para la Humanidad un referente
imprescindible a la hora de considerar el sentido de nuestra existencia, en particular, y el propósito
de la vida, en general.