Es esta una de las obras más apreciadas del autor, y una luminosa
muestra de su ferviente amor a Cristo. Escrita en un principio para su
congregación, pronto traspasa los límites de la familia redentorista, y es
publicada en 1745. Desde entonces, ha aparecido en muy variadas
lenguas y ediciones, contribuyendo a que la Eucaristía sea más amada y
frecuentada por los cristianos mediante el método sencillo y práctico de
las Visitas. Ciertamente que entre todas las devociones, esta de visitar a
Jesús es la primera después de la recepción de los Sacramentos, la más
grata a Dios y la más útil para nosotros. A continuación de la Visita al
Santísimo, el autor propone visitar a María Santísima, Medianera de
todas las gracias.