Asistimos a un resurgir prometedor de la espiritualidad. Ambiguo, sin duda, como todo lo que se pone de moda y como todo lo humano. Pero realmente esperanzador. Se halla en juego nada menos que la comprensión de quiénes somos. Comprensión de la que habrá de nacer la acción adecuada. ¿Qué es la espiritualidad?, ¿qué tiene que ver con la religión?, ¿qué nos aporta la inteligencia espiritual?, ¿cómo podemos cultivarla?, ¿adónde nos conduce?, ¿qué supone todo esto hoy para nuestro mundo y para el futuro de la humanidad?