Carmelita a los quince años, muerta a los veinticuatro. El secreto de esta vida estriba en la audacia de su confianza en Dios. Un camino ordinario, accesible para todos; pero a la vez, un amor a Cristo más devorador que cualquier pasión humana. El dominico M. Joulin ha pretendido, al redactar esta páginas, expresa r lo esencial de este camino de Teresa, tan próximo en el fondo al de tantos contemporáneos nuestros enfrentados a la increencia. Porque la actualidad de Teresita se evidencia en su combate por la fe. Antes que nada, ha sido una creyente y un testigo de las infinitas posibilidade s del amor.