Ungidos y enviados, dos movimientos en el corazón del presbítero. Ungidos
con el óleo de la alegría y enviados para hacer llegar a las periferias esta
unción, capaz de sanar y liberar. Ungidos por el Espíritu para una misión que el
propio sacerdote no puede cumplir sin desinstalarse de su propio egoísmo, de
todo sueño cómodo de poder y vanidad para volverse disponible y situarse al
servicio de los demás. El cardenal Bergoglio, hoy papa Francisco, siendo
pastor de la archidiócesis de Buenos Aires, exhortaba durante la misa crismal a
sus hermanos sacerdotes a mantenerse fieles en su ministerio, invitándoles a
renovar públicamente las promesas que un día realizaron al ser ordenados. En
esta recopilación podemos releer y disfrutar de las cuidadas homilías que
realizó para esta celebración tan señalada.