«Los trabajos de esta sesión se han desarrollado siguiendo
la trayectoria del Instrumentum laboris, que nos invitaba a
reflexionar sobre los signos característicos de una Iglesia
sinodal y sobre las dinámicas de comunión, misión y
participación que la caracterizan.
[
] El texto está estructurado en tres partes. La primera
describe el rostro de la Iglesia sinodal, presentando los
principios teológicos que iluminan y dan base a la
sinodalidad. La segunda aparte, titulada Todos discípulos,
todos misioneros trata de todos los que están
involucrados en la vida y la misión de la Iglesia y de las
relaciones entre ellos. La tercera parte se titula Tejer
lazos, construir comunidad. En ella, la sinodalidad
aparece principalmente como un conjunto de procesos y
una red de organismos que sirven al intercambio entre las
Iglesias y al diálogo con el mundo» (De la Introducción).