Los ángeles son precisamente los intermediarios de estas misteriosas comunicaciones. Y aunque ellos sean criaturas de singular belleza y de altísima dignidad, tanto que pueden estar en la presencia directa de Dios, la Sagrada Escitura nos revela que no son ellos, sino los hombres y las mujeres, el objeto de la predilección divina. Es más, Dios ha puesto a los ángeles al servicio de los seres humanos, haciéndolod instrumentos de su poder y providencia en la ejecución de su plan de salvación.