REY BALLESTEROS, JOSÉ FERNANDO
«Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar». Si la Iglesia se conforma con eso, ¿por qué usted, señor cura, me insiste en que pase con frecuencia por el confesonario? No robo, no mato, no tengo pecados mortales
¿por qué se empeña usted, que está tan ocupado, en que le haga trabajar más? Debería agradecerme el poco trabajo que le doy. ¿No ve que soy buen chico? Además, cada vez que voy a confesar me hago un lío, no sé por dónde empezar
¡Éste es tu libro! Aquí explico, a personas como tú, por qué los curas nos empeñamos en que vengáis con frecuencia al confesonario. Y además, de regalo, te ofrezco un tutorial, una guía para confesar «como Dios manda».