Para viajar de noche desde Sofía (Bulgaría) a Bucarest (Rumanía), hay que enlazar cuatro trenes de media distancia. A cada uno de ellos corresponde una de estas cuatro novelas breves, que transcurren consecutivamente la misma noche: El paraíso perdido: Dos viejos agentes del servicio secreto de la Bulgaria comunista reciben una carta de que un camarada ha muerto y viajan para visitar su tumba. Noche oscura del alma: El viaje interior de un pasajero que recuerda su vida, lee una revista y analiza los detalles insigni cantes de su alrededor. Extraños en un tren: La modulación del miedo de un policía que, en su huida de los compañeros que pretenden matarle, se encuentra con un excéntrico vampiro tatuador. Mi nombre es Mary Shelley: La aparente super cialidad de una joven que viaja a su primer encuentro con el novio que conoció por internet. Estos relatos son un viaje a través de la luz y la oscuridad: El primero atraviesa la puesta del sol, el segundo la noche, el tercero el amanecer y el cuarto la plena luz del día. Los cuatro enlazados forman un viaje inquietante a las profundidades de la condición humana