?Con ocasión de los 800 años del nacimiento de santo Tomás de Aquino (1225), Oliver Keenan, profesor de Filosofía de la Universidad de Oxford, reivindica la figura del Aquinate no solo como un clásico imprescindible, sino como un pensador revolucionario cuya obra tiene una urgente relevancia en nuestra época. Su pensamiento, aunque anclado en la fe cristiana, no se impone como dogma, sino que dialoga con la razón, el arte, la filosofía y la experiencia humana. Keenan argumenta que Tomás sigue importando porque nos invita a comprender el mundo como una red viva de relaciones entre personas, naturaleza y Dios, en una era marcada por el aislamiento, el individualismo y el ruido ideológico. Lejos de ser un mero monumento arqueológico del pensamiento medieval, santo Tomás de Aquino ofrece hoy lucidez y orientación frente a la alienación, la fragmentación y la deshumanización que caracterizan nuestra vida contemporánea.