Para conocer el ?último Tomás? no bastan las dos grandes obras sistemáticas, ambas inacabadas, del final de su vida (la Suma de teología y el Compendio de teología). Es preciso adentrarse en sus comentarios al corpus paulino, que datan de su segunda regencia parisina (1270-1272) y sobre todo de Nápoles (1272-1273).
De especial relieve es Super Romanos, «una soberbia obra de arte» (J. A. Weishepl). De su propia mano es la expositio sobre los ocho primeros capítulos. Las restantes lectiones son guiones para las clases napolitanas, reportadas por su secretario Reginaldo de Piperno (J. P. Torrell).
Super Romanos revela el interés de Aquino por la justificación, la gracia, la predestinación, el mérito, las buenas obras y el pecado original. San Agustín es el autor más citado, junto con abundantes referencias a la Glosa ordinaria, Jerónimo, Ambrosio, Gregorio, Atanasio, y otros.
Este volumen, preparado bajo la dirección de José Ramón Villar (?), incluye también las lecciones Super Galatas, reportadas por Reginaldo, contemporáneas de Super Romanos e indisociables temáticamente.
Tanto el «Estudio preliminar» y las abundantes notas de Elisabeth Reinhardt, como las introducciones de Josep-Ignasi Saranyana contextualizan y facilitan la comprensión de las tesis aquinianas.