Cuando Jake Adelstein se incorporó a l departamento de policía del mayor diario de Japón, el Yomiuri Shinbun, solo tenía 24 años, y le faltaba mucho para dominar los códigos de este
país, muy diferente de su Missouri natal. Primer y único periodista extranjero en incorporarse
a la redacción de un periódico japonés, cubrió durante doce años casos relacionados con la yakuza. No dudó en adentrarse en los bajos fondos de la capital donde reinan el vicio y la decadencia, y contra
todo pronóstico, se convirtió en el interlocutor preferido de la mayor organización criminal
de Japón, mientras seguía colaborando con la policía. Una posición peligrosa que le obligó
a entrar en un juego cuyas reglas.