AA.VV
Toda Cuaresma es un seguir a Jesús de camino a Jerusalén, donde se consumará su Pascua. Lo interesante entonces es caer en la cuenta de que en ese caminar con Jesús se van estrechando los vínculos de amistad y fraternidad, hasta el punto de constituir -en el momento definitivo de la cruz- los signos precursores de la Resurrección. Pareciera que, hasta la llegada de la COVID-19, las sociedades del nuevo milenio se hubieran estabulado en el individualismo desprovisto de tensión por el bien común (cf. Francisco, Fratelli tutti [en adelante FT] 166); una suerte de stand-by caracterizado por el poco apego a los proyectos comunes, que vuelcan la mirada a la exclusión y pobreza, quizás en la ensoñación del poder de corrección y reajuste que el mismo sistema liberal procuraría para las sociedades del bienestar: "El mundo avanzaba de manera implacable hacia una economía que, utilizando los avances tecnológicos, procuraba reducir los "costos humanos", y algunos pretendían hacernos creer que bastaba la libertad de mercado para que todo estuviera asegurado" (FT 33).