Alieja Lenczewska recibió un don poco usual de Jesús: hablaba con Él, no
solo en la forma habitual de la oración sino, sobre todo, a través de diálogos
místicos. Su director espiritual, el P. Walter Rachwalik, la apoyó y guió
durante estos años. Las anotaciones de su diario espiritual recogen
exhortaciones de Jesús, en las que pide a la gente que rece y confíe; le
enseña a trabajar con paciencia y compasión, así comoa reaccionar con
amor ante la fragilidad de los demás. "Deberíamos amar a Jesús en las
demás personas, ya que Él quiere ser amado así. No deberíamos buscar el
amor en abstracciones (...)"
En sus notas, Lenczewska insta constantemente a la conversación. Cada
persona está llamada a la santidad. Las conversaciones con Jesús se
caracterizan a la santidad, explica, a relatar las enseñanzas de Cristo,
aunque todos necesitamos amor y confianza para poder caminar en
santidad. Las conversaciones con Jesús se caracterizan por la simplicidad
del mensaje y por su Amor. Alicja se dedicó completamente a Jesús y
ayudar a otras personas. El Señor l decía: "Todo amor lo que tenéis y todo lo
que sois es un don de mi Amor". A menudo le hacía hincapoé en la actitud
de la infancia espiritual; el abandono confiado a su Amor. Jesús enfatizaba la
importancia de la Eucaristía y le enseñaba a vivir en la Verdad, recordándole
que Él quiere ser invitado en la vida de todas las personas. "La plenitud del
mal vendrá, como Me sucedió hace dos milenios (...). Pero vendrá seguida
del milagro de la resurrección de la fe y el amor(...)".