Teresa de Lisieux fue llamada "huracán de gloria" por el papa Pío XI en 1925, al día siguiente de su canonización. Las páginas de este libro quieren recorrer las grandes etapas de su vida para entrar en el corazón de su doctrina y de su persona. Porque Teresa es testimonio vivo de que no importa ser frágil, sentirse pequeño en este mundo, para acercarse al corazón de Dios. Ella presintió que su misión era mostrar a todos el modo de amar a Dios mediante el camino de la infancia espiritual, el camino de la confianza y del total abandono.