La noche es tiempo de sueños y, a veces, también de insomnios. Ser
soñadores nos impulsa a caminar, pero permanecer despiertos nos permite
entrar en contacto con las inquietudes, esperanzas y sentires que nos
habitan y hace nacer en nosotros el deseo de compartirlos. Este libro ha
nacido del convencimiento de que necesitamos conversar sobre ambas
cosas -sueños e insomnios- y, a través de ellos, dar espacio a esa Palabra
que se esconde, como la perla del Evangelio, en lo más hondo de nuestro
corazón y se hace oír en los rumores del mundo.