Raquel y sus amigos están pasando el verano más aburrido del mundo: sin dinero, sin viajes y sin poder salir de su barrio. Aunque no les faltan ideas gamberras para pasar el rato... Por ejemplo, jugar al bolsocesto. O probar los mejunjes que prepara el padre de Raquel. O hacer un programa de vídeo y colgarlo en la red. Pero lo que se lanza al mundo nunca se sabe cómo acaba...