«La amistad consiste más en amar que en ser amado, y puesto que quienes aman a sus amigos nos parecen dignos de elogio, diríase que amar es la principal virtud de los amigos, y cuando el afecto es acorde al mérito de cada parte la amistad es sólida y duradera».
A la amistad están dedicados íntegramente los libros
octavo y noveno de la Ética a Nicómaco, uno de los tratados más célebres e influyentes de Aristóteles. El filósofo no sólo la considera necesaria, sino también bella:
nadie desearía una vida sin amigos por más rica que
fuera en otros bienes. La amistad es, pues, una virtud
indispensable en toda etapa de la vida y para toda comunidad
humana. Pero ¿no existen diversos tipos de
amistad?, ¿y acaso son todos igualmente virtuosos?
Hay relaciones basadas en el placer, otras en la conveniencia
y otras tan sólo en la voluntad de ambas partes
de obrar bien y obsequiarse mutuamente. ¿Cuáles son
más duraderas y tienen efectos más beneficiosos incluso
en la vida política? Una reflexión viva que apela al lector
a pensar sobre una dimensión de la existencia individual
y colectiva sin la cual no conoceríamos la civilización.