La autora nos ofrece su testimonio como mujer en la Iglesia y, a partir de la experiencia, nos invita a reflexionar acerca de cómo influye el contexto eclesial en la vida de las mujeres, desvelando algunos de los mecanismos que impiden que la Iglesia sea, efectivamente, un espacio en el que, todos seamos uno en Cristo Jesús. Además de la desigualdad evidente que se deriva de la exclusión de la mujer del ministerio ordenado y sus consecuencias, identifica trampas más sutiles como la sublimación de estas limitaciones a través de un discurso de excelencia sobre lo femenino, una espiritualidad que invita a la subordinación de la mujer, la culpabilización del deseo, la forma de plantear el celibato y el matrimonio cristianos, y la atribución sexista de los roles de poder y servicio.
Cristina Menéndez propone, con audacia, caminos concretos para que la Iglesia remueva los obstáculos que le impiden ser fiel al Evangelio y desarrolle en su seno y en la humanidad unas relaciones y unas prácticas convivenciales de hermandad y solidarias, donde cada persona pueda desarrollarse en plenitud, que es precisamente la dirección que señala la Buena Noticia de Jesús que la Iglesia está llamada a proclamar.
Compré este libro después de asistir a una presentación, y lo leí inmediatamente. No pude parar hasta que lo terminé en pocas horas, tal es el interés que me suscitó. Desde una posición eminentemente feminista, la autora va desarrollando el contenido alternando relatos de su propia experiencia de mujer en la iglesia católica con valiosas enseñanzas que probablemente tienen relación con su profundo conocimiento de la educación, de la formación y del feminismo.
Un libro instructivo y claro, pero no obvio, sorprendente por su punto se vista, terrible por las situaciones que expone y aún esperanzado en los caminos que propone. Una obra imprescindible para todas las personas, católicas o no, feministas o no, que pienso ha de disfrutarse sin menospreciar los propios prejuicios, sino considerándolos, so pena de no recibir el gran valor que puede proporcionar su lectura.
Lo recomiendo totalmente a todas las personas que tienen interés en crecer más allá de sus límites.
Compré este libro después de asistir a una presentación, y lo leí inmediatamente. No pude parar hasta que lo terminé en pocas horas, tal es el interés que me suscitó. Desde una posición eminentemente feminista, la autora va desarrollando el contenido alternando relatos de su propia experiencia de mujer en la iglesia católica con valiosas enseñanzas que probablemente tienen relación con su profundo conocimiento de la educación, de la formación y del feminismo.
Un libro instructivo y claro, pero no obvio, sorprendente por su punto se vista, terrible por las situaciones que expone y aún esperanzado en los caminos que propone. Una obra imprescindible para todas las personas, católicas o no, feministas o no, que pienso ha de disfrutarse sin menospreciar los propios prejuicios, sino considerándolos, so pena de no recibir el gran valor que puede proporcionar su lectura.
Lo recomiendo totalmente a todas las personas que tienen interés en crecer más allá de sus límites.