La Iglesia es el nosotros de la fe y de la vida
cristiana. Como ha señalado el papa Francisco, a
pesar de las miserias y los pecados de los
hombres, es la Iglesia la que acerca a Cristo y nos
llama a formar parte de su familia. Ella es madre y
hogar, casa de puertas abiertas y semilla de
fraternidad universal (cf. encíclica Fratelli tutti).
Por eso, sentir con la Iglesia, rezar por ella y
también cuidarla, es algo tan propio de los
cristianos.