MANGLANO CASTELLARY, JOSÉ PEDRO
¡Cuántas veces preguntamos por el sentido del mal y del dolor! La
contestación es personal: se encuentra en el interior de cada uno, solo en el
interior.
A quien quiera aprender, le convendrá adoptar la actitud de aprendiz. Y, libre
de prejuicios, introducirse en el mundo del dolor y del sufrimiento como un
intruso. Introducirse y pensar, pensar por libre. Estos son las cavilaciones de
un intruso, cavilaciones cualesquiera de un intruso cualquiera. Razón e
intuición, cabeza y corazón van a la búsqueda de sentido: así, las cosas son
más sencillas.
Entrar por las distintas puertas e ir hasta las experiencias personales
iluminará nuestros sucesos trágicos y duros. Estas nuevas luces permitirán
que el sufrimiento brilla con luz propia. Respetaremos su protagonismo.
Aprenderemos a tratarlo. Llegaremos a entenderlo y valorarlo. Lo viviremos
con paz.