Es la historia de un hombre que desde joven se creyó una excepción y un genio. De natural inteligente y sobrebio, dijo haber descubierto a temprana edad que la vida es "una cosa miserable". Por ello decidió consagrar el resto de sus días a la filosofía para preguntarse por el sentido de la existencia y por cuál sería el mejor modo para el hombre de librarse de los males que le quejan por el mero hecho de vivir. Se jactaba de haber desentrañado "el enigma de la existencia" mediante una solución metafísica de la que Borges comentó que quizás fuera de verdad la más acertada. Pero, a pesar de sus méritos, aquel genial pensador sufrió amargamente durante años: la universidad y el público culto de su época lo ignoraban mientras rendía tributo a otros filósofos a los que el propio Schopenhauer despreciaba.