Santos Felipe y Santiago, el primero, considerado como una lámpara encendida por la elocuencia y la elegancia en la predicación, y de quien se valora el trabajo encomendado y realizado con cuidado; el segundo es un peso pesado divino por la fortaleza de sus costumbres y herido por una lanza, según habría sido su martirio.
Fiesta: 3 de mayo