Luis IX (1214-1270) comenzó su reinado a los 12 años cuando su padre murió de manera imprevista. Un niño tenía entre sus manos el destino de Francia, una carga capaz de aplastar a la inmensa mayoría de los hombres adultos. Pero contaba con el apoyo de Blanca de Castilla, su madre, su poderosa personalidad y una profunda fe, que le permitieron abrir un camino que todavía perdura a través de los siglos. "No he inventado nada. Ni los sucesos, ni los personajes, ni siquiera lo ins lito. He tenido que sumergirme en la época, estudiar la vida cotidiana en sus menores detalles y sentir palpitar las pasiones para lograr que reviviera un San Luis de nuestro tiempo" (Philippe de Villiers)