La iglesia de San Luis de los franceses está considerada como una de las obras maestras del arte barroco hispánico. Era la capilla pública del noviciado de la Compañía de Jesús en Sevilla. En su diseño fue crucial la labor de Leonardo de Figueroa con la supervisión de un escogido grupo de intelectuales jesuitas. Pretende recrear un templo destinado al culto divino recuperando la morfología y la simbología del templo de Jerusalén. Su arquitectura, diseñada según el modelo de otras iglesias jesuitas, está dotada de un complejo sistema de iluminación acompañado de todas las bellas artes reunidas en su interior, tratando de unificar su contenido en torno a las enseñanzas de San Ignacio de Loyola.