Aun siendo Madrid un motivo literario trabajado a partir de infinidad de perspectivas en los últimos siglos, Ben Lerner se acerca a la ciudad de una manera inédita para el lector español, tal vez muy consciente de querer seducir al lector anglosajón a partir del imaginario romántico, turístico y literario de Madrid (aunque también apela a ciudades como Toledo o Granada, es decir que esos tres rasgos se aplican igualmente a la cultura española), y desde su comienzo más inmediato se centrará en el Barrio de las Letras.