Después de narrar la historia desconocida de Leonardo da Vinci, el retrato del hombre, Christian Gálvez presenta en su segunda novela un retrato tan singular como apasionante de otro de los genios más importantes del Renacimiento: Miguel Angel Buonaroti. Su vida, entre Florencia y Roma, lo acabó convirtiendo en uno de los artistas predilectos del Vaticano, hasta el punto de ser el artífice de uno de sus grandes tesoros: la Capilla Sixtina. Un lugar sacro lleno de secretos.