Las experiencias de la infancia conforman nuestras vidas. Casi nadie puede mirar hacia atrás y ver una infancia perfecta. Por el contrario, muchas personas siguen sufriendo por causa de lesiones internas originadas en la niñez. La terapeuta familiar Ulrike Dahm nos invita, a través de numerosos ejercicios prácticos, a enfrentarnos a nuestro pasado y a reconciliarnos con nuestra infancia. La mayoría de las personas entierran su pasado o lo arrojan lo más lejos posible. Compensan viejas heridas con trabajo, alcohol o cualquier otra droga. Pero hay muchas posibilidades constructivas, e incluso divertidas y agradables, de relacionarse con las heridas de la infancia. Embárquese en un viaje interno que le hará libre para vivir una madurez feliz y satisfecha y que se convertirá en una aventura curativa que transformará positivamente su vida.