Berenguela de Castilla y Teresa de Portugal nunca se han visto pero las dos han estado casadas con el mismo hombre, el rey Alfonso IX de León. Berenguela, sabe que su marido amó a Teresa. A ella, también la quiso, aunque de otra forma. Sus enfrentamientos eran frecuentes mientras vivieron juntos. Los hombres valoran la sumisión y ella jamás será sumisa. En esto se parece más a su abuela, Leonor de Aquitania, que a su madre, la reina Leonor de Castilla. Es posible que su madre aprobara lo que, ahora, va a intentar, pero su abuela seguro que la aplaudiría. Aunque no se conocen, Berenguela cree que el alejamiento de Teresa de los centros de poder podrá beneficiar sus intereses. Teresa es consciente de que serán muchos los que, de conocer lo que pretende, mostrarían su desacuerdo. Está segura de que Berenguela piensa igual que ella. De todas formas, tendrá que estar en guardia ante una negociadora tan hábil como la castellana. Las dos, después de verse obligadas a alejarse de su marido, siguieron caminos muy distintos. Teresa ha fundado varios conventos, impregnando de la espiritualidad del Cister todo su entorno, mientras que Berenguela ha seguido intrigando y peleando para conseguir lo mejor para su reino.
Hoy es el día en que se verán por primera vez y en este encuentro el futuro de León y de Castilla está en juego. Hoy, nacerá para la historia un nuevo país.