SAN AGUSTIN / SAN CIPRIANO / TERTULIANO
Los escritos de estos tres autores coinciden en el modo de tratar
esta virtud, y señalan su estrecha relación con otras virtudes,
como la humildad, la fortaleza o la caridad. Es Dios quien
primero la vive, tolerando los pecados e injurias de los hombres.
La paciencia reside, por tanto, en Dios, y de Dios proviene. Jesús,
como Hombre y como Dios, ilustra a los hombres con su ejemplo,
y con su Pasión y su muerte en la Cruz. Él es siempre quien más
nos anima a luchar, también mediante la paciencia.