Gran parte de la filosofía occidental y, en consecuencia, la ciencia y aun la misma teología, han identificado el conocer con el pensar, conduciendo a un reduccionismo estrecho y nihilista. Una de las mayores revoluciones de nuestro momento cultural, ¿avalada también por los descubrimientos más recientes de la física cuántica y de las neurociencias? Consiste, precisamente, en la toma de conciencia de otro modelo de conocer, infinitamente más rico y ajustado a lo real.