Pasado y presente confluyen en otra apasionante novela de la serie ambientada en Castellón.
El Mercado Central de Castellón es uno de los lugares emblemáticos de la ciudad y el escenario de un crimen. Un hombre aparece degollado
junto al cuarto donde se guardan los enseres de limpieza. Se trata de un empresario, Pedro Casas, que se dedicaba a comprar baratijas en China
para luego venderlas en tiendas de bajo coste.
El comisario Romerales vuelve, una vez más, a solicitar los servicios del carismático inspector Monfort, que está viviendo una etapa difícil, pues
su madre se debate entre la vida y la muerte en el Hospital de Sant Pau de Barcelona.