Pedro Arrupe es una de las personalidades más fascinantes de la Iglesia del siglo XX. A travEs de sus propias palabras podemos, en este relato, asomar- nos al itinerario vital de un hombre que consagró su vida a proclamar el evangelio. General de los jesuitas, hombre de Iglesia, testigo abrumado por los efectos de la bomba atómica en una población vulnerable, lIder en los tiempos intensos del postconcilio, profeta de la fe y la justicia, Arrupe fue siempre, y sobre todo, un hombre con una misión. Es a ese misionero apasionado al que podemos descubrir en estas páginas.