"La Teología y la cultura de inspiración cristiana han estado a la altura de su misión cuando
han sabido vivir con riesgo y fidelidad en la frontera" (Francisco, "Veritatis Gaudium", 5).
En tensión hacia ese ideal ha de leerse este libro. Un libro que está escrito a pinceladas. Y así
se ha de leer. Como se contempla un cuadro: sin querer agotarlo, sin necesidad de poseerlo
en su inexistente exactitud. Estas páginas son, más bien, pinceladas, intentos que buscan
aprender a mirar y a narrar para poder vivir, aunque sólo sea por un instante, del acontecer
de Dios.
Este libro es como un tríptico pintado a varias manos: Braque, Cézanne, Velázquez,
Tiziano, Caravaggio, Fra Angelico, Picasso. También están presentes las manos de
Nietzsche, Heidegger, Foucault, Giussani, Apollinaire, Marion Son pinceladas sobre
pinceladas, como hacía Rouault. Y así ha de leerse.