YAGÜE MARTINEZ DEL CAMPO, Mª EUGENIA
Cuentan que en los últimos momentos de conciencia de Francisco Franco, compañero de promoción del protagonista de esta obra, cuando lacrisis en el Sahara desatada por las ambiciones territoriales deHassan II se superponía al agravamiento continuo de su salud ennoviembre de 1975, musitó: ¡Que venga Yagüe! Él lo arreglarátodo.
Probablemente sean unas frases apócrifas, pero estaspalabras reflejan muy bien el valor que el general tenía para quienfuera su Caudillo. No en vano había sido un pilar fundamental de larebelión en julio de 1936, al dominar, casi sin disparos, laComandancia de Ceuta. Juan Yagüe, entonces teniente coronel, fue quien tuvo que jugársela en el paso del estrecho bajo la mirada del general Franco y liderar, en gran parte, unas débiles columnas en un avanceaparentemente imposible hacia Madrid. La guerra descubrió las incon-testables dotes tácticas de Yagüe: resistió en Brunete y fue el lídernatural del Cuerpo de Ejército Marroquí, con un papel primordial en la batalla del Ebro y en el avance final sobre Cataluña. Por la redcorre el reportaje cinematográfico realizado sobre la entrada d