CERIOTTI MIGLIARESI, MARIOLINA
La rebelión drástica y necesaria que ha supuesto el movimiento
feminista no se ha producido por casualidad. Las mujeres han tenido
muchas razones, y muy válidas, para oponerse al varón. Muchas
veces, el contexto les ha puesto en condiciones de mostrar hacia el
varón un respeto más aparente que real. Esta situación durante largo
tiempo ha incubado una grave enemistad entre los sexos, que
constatamos a diario. También gracias a la lucha contra la
prepotencia del varón, las mujeres han creado redes entre ellas, han
reflexionado sobre sí mismas, han crecido, se han afirmado. Pero el
modo, quizá inevitablemente unilateral, de considerar la relación
entre los sexos, ha desembocado en un equívoco muy peligroso, que
muestra ahora sus consecuencias de gravedad creciente: para
contrarrestar la prepotencia, la mujer está contribuyendo sin saberlo
a hacer al hombre impotente...