Desde la cima brumosa de su madurez y ya de vuelta de muchas aventuras, un hombre encuentra en el descenso una suerte de renacimiento.
Estos poemas persiguen la sencillez expresiva sin renunciar a la música que los mueve. Son una apuesta por la vida que celebra los relieves y las sombras que nos dibujan, el paisaje y el cuerpo, la amistad y el amor, las cosas cotidianas, los objetos. Por encima de todo, como una luz que todo lo transforma: el prodigioso regalo de un nuevo alumbramiento.