¿Qué otra cosa hubiera podido hacer
que el padre Jacques Hamel saliera de su
anonimato, si no su muerte violenta cerca
de Rouen, dentro de una iglesia y durante la
misa, el 26 de julio de 2016?
Esta obra hace que ese asesinato no quede
como una simple noticia. El autor recoge
las lágrimas no solo de una muerte, sino
de toda una vida. Al leer este libro vemos
que la vida de este sacerdote de la diócesis
de Rouen es signifi cativa, aunque se ha
desarrollado lejos de los focos y la publicidad.
La suya fue una vida humilde, vivida
sobre el terreno, en las periferias, para llevar
a cabo la misión a la cual se consagró desde
su juventud y que había sellado con su ordenación
en 1958.
El autor ha entendido el valor histórico y
emblemático de la historia del humilde sacerdote
de Saint-Étienne-du-Rouvray. Con
este libro contribuye a que la emoción suscitada
por esta muerte no pase velozmente,
sino que se convierta en memoria, para que
todos seamos conscientes de lo que vale
una vida vivida para los demás e inseparable
de la pasión por el bien común.