Falla (1876-1946) es uno de los más grandes compositores españoles de todos los tiempos. Siempre se sintió deudor de su capacidad musical. Consideraba la inspiración creativa un don divino recibido gratuitamente, sin mérito por su parte. Esa percepción le llevó a exigirse al máximo: ni una nota de más, ni una nota de menos. Cada obra suya es un trabajo acabado, una obra maestra distinta al resto, un género diferente.
En estas breves páginas, el autor presenta un sugerente recorrido por su vida y sus principales composiciones, subrayando su profunda influencia espiritual entre los poetas y escritores de su época.