Esta reflexión intenta abrir un diálogo, siempre necesario y nunca concluido, entre el crecimiento y la madurez personal y las aportaciones que para ese crecimiento hace el cristianismo. Para ello, profundizar sobre el sentido de la vida es el elemento clave y fundamental. Y, a fin de que este diálogo sea fructífero, se tratará de evitar reducir la relación entre la madurez y el sentido de la vida y el cristianismo a una serie de consideraciones más o menos piadosas. Por eso se recoge y se presenta de forma sistemática las principales aportaciones que han efectuado la psicología, la psicología de la religión y la psicología pastoral sobre estos temas: a lo largo de estas páginas irán apareciendo distintos autores y escuelas psicológicas en un intento de síntesis y de sano eclecticismo, con el fin de que el lector pueda alcanzar una visión global de las principales aportaciones de la psicología en relación con este tema.