Este sencillo libro no es una biografía de Bob Marley, no es un
libro que se introduce de modo extenso o profundo en el mundo de
la música o de las aportaciones artísticas de este hombre. Tampoco
se centra en analizar el papel de Bob Marley en aquel contexto
temporal cargado de rebeldías legítimas, de ilusiones, de promesas
que, al fin y para casi todos, quedaron frustradas. Estas páginas
quieren tratar un hecho histórico y más que histórico- que por todos
los medios se ha tratado de ocultar, de silenciar o se le ha privado
de significado alguno cuando ha sido citado de modo marginal, para
que no moleste. Hemos querido hablar del bautismo cristiano de
Bob Marley, de la verdad de que este hombre, un auténtico
«buscador espiritual», tal como lo define el autor, encontró a
Jesucristo. No a otro, sino a Jesucristo, quien le iluminó sobre la
misteriosa realidad de Yah», Yahve el Dios único a quien había
invocado durante años desde sus convicciones Bob Marley fue
bautizado, esta es la verdad. Y escogió como nombre Berhane
Selassie, que significa «Luz de la Trinidad. Como se dice en el
Remate anónimo, un breve texto cargado de significados
personales que el auto ha recibido de un amigo y que ha incluido al
final de su libro, Bob Marley adopta la verdad de que aquel León de
Judá que le había motivado en su búsqueda de trascendencia, era
verdaderamente ese Cordero crucificado... Este libro intenta
discernir los diversos motivos para este ocultamiento, pero lo que
quiere sobre todo es mostrar una verdad cuyos ecos profundos deja
al albur de cada cual: el que un carismático buscador de sentidos
últimos, pleno de evidencias fragilidades, contradicciones, y de no
poca evidente sinceridad, culmina su búsqueda en el
reconocimiento de Jesucristo. Este pequeño libro, que rompe con la
imagen establecida y comercializada de Bob Marley, no podía
menos de ser presentado del mismo modo: la foto de portada, una
de sus últimas fotos, nos lo presenta ya sin rastas a causa del
tratamiento contra el cáncer, y con la mirada entre serena y tumba
de quien sabe que está en el umbral de esa eternidad a la que
había cantado tantas veces durante su gran búsqueda.